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lunes, 22 de julio de 2013

Los divorcios

El amor surge sin pensar, surge sin más y nos lleva a compartir la vida con el ser amado. Dos seres se unen y crean una nueva vida:  hay quienes tienen hijos, hay quienes viven juntos y quienes adoptan una mascota o se compran un coche juntos. Comparten amigos en común, recuerdos, confidencias, intimidad... 


Pero a veces el amor no dura para siempre, hay quien dice que el amor se desgasta por los vendavales de realidad del día a día, es decir, la rutina, la convivencia, los baches... Hay tantos motivos, tantas dificultades que lo difícil parece ser mantenerse juntos, sobrevivir como pareja en el tiempo y el espacio y además manteniendo el amor y el cariño. Se suele hablar de los problemas de por qué una relación va mal, pero creo que falta tratar el tema de por qué una relación va bien. Pero eso lo dejo para otro artículo.

Esta vez quería tratar el tema de la separación. Ese paso a la desvinculación entre dos seres que compartieron juntos una vida. Por fuerza, va a ser difícil superar esa ruptura. Difícil pero necesario. Cuando en una relación se pierde el respeto por el otro, lastra las vidas y es una carga demasiado pesada, cuando se pierde el cariño y entra la desidia, el rencor y el odio, lo mejor es cortar por lo sano y salvar lo que se pueda mientras se esté a tiempo. Salvar lo que se ha creado en común para que no se vea afectado por la gangrena.

(Dicen que después de las vacaciones de verano es cuando hay más divorcios. Por eso he tratado este tema.)


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