La libertad de expresión en el trabajo

A raíz de la historia de RTVV, estos días he estado dándole vueltas a un tema del que me surgen mis dudas. Quizá dude porque tengo muy poca experiencia o porque esté equivocada, pero me gustaría no estarlo.

El tema trata sobre la libertad de expresión en el puesto de trabajo. Poder negociar las condiciones del contrato, mi rol en la empresa, incluso proponer mejoras o cambios me parece muy importante, al menos para mí, que suelo cuestionarlo todo y me gusta decir la mía. Yo hasta ahora he trabajado en 3 empresas distintas y he hecho prácticas en otras 2 y siempre he tenido la libertad de sentarme a hablar con los jefes sin miedo a una reprimenda ni a perder el puesto. Otra cosa era que luego me hicieran caso, pero escucharme lo hicieron, incluso llegamos a acuerdos. ¿Tuve suerte?, ¿ha sido porque solo he tenido 5 jefes?, ¿o porque los puestos de trabajo no tenían trascendencia?

Salir adelante juntos

Mi abuela Elvira tiene una hermana gemela, Matilde. Tienen 89 años. Hasta hace poco, Elvira y Matilde estuvieron viviendo juntas. Se hacían compañía y se cuidaban la una a la otra. En septiembre, paseando por el parque, Matilde se mareó y cayó al suelo junto a mi abuela, que perdió el equilibrio y también cayó. En seguida el vecindario se volcó en ellas, la ambulancia las llevó al hospital y las ingresaron. Matilde con pneumonía y Elvira con una fisura en el fémur. Por suerte ya están recuperadas y todo ha salido felizmente bien, excepto porque ya no viven juntas y se echan de menos. A Matilde se la ha llevado su hija y mi abuela se ha quedado en su casa, con nosotras. Todas las tardes habla por teléfono con su hermana, le recuerda que coma bien y que se cuide mucho. A pesar de su carácter duro y firme, son muy dulces.

Durante el ingreso en el hospital, fueron días clave para la familia. Cada uno a sus cosas nos tuvimos que coordinar para cuidarlas. Gracias al apoyo del equipo del Hospital de la Ribera, que las ingresó juntas en la misma habitación, la estancia de 10 días fue mucho más llevadera. Creo que los momentos clave hacen surgir las emociones que la rutina empaña, se reordenan las prioridades y entonces vemos lo trivial del día a día y lo sustituimos por el fondo.

Cuando entre todos salimos adelante, cuando una crisis se convierte en una oportunidad para acercarnos y unirnos, son bienvenidos los momentos difíciles. Porque son pruebas para recordarnos que somos un equipo y siempre estaremos juntos para apoyarnos. Por eso, quería dar las gracias a mi familia por cómo se portó y decir a quien me lea, que cuide de los suyos. Que cada persona es distinta y a veces no se encuentra el momento para expresar lo que uno siente realmente, pero que está ahí. En todos hay algo. Ese algo que nos une y que nos da fuerza.

Enlace a la imagen:
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Un dia trist. Crònica d'una RTVV en malaltia crònica

Un dia trist per al poble valencià, que veu impotent com es tanca una de les seues senyeres d'identitat, la radiotelevisió pública. Feia temps que va començar la seua caiguda perquè els seus dirigents censuraven tot el que no els convenia que es coneguera. I els venia bé el seu control de la informació, perquè així mantenien els vots i el suport de molts valencians que confiaven en els seus governants i s'empassaven que València era capdavantera mundial, que estàvem al mapa per una carrera de cotxes o uns vaixells molt cars. Molts que llegiem entre les línies de tanta "Tòmbola" i notícies mal contades o amagades, després de no trobar representació de la diversitat de la nostra terra deixàrem de fer cas de RTVV.

Un dia trist per als que volem mantindre una RTVV pública perquè algun dia puga ser la veu del poble, una veu en sentit comú i sense censura ni interessos parcials. Pense que aquesta decisió de tancar-la ara ha segut perquè el govern del PP veu prop la seua fi, la seua derrota i pren decissions puerils, perquè ni la censura els salvarà aquesta vegada de perdre les pròximes eleccions, comença a plegar trastos fent gal·la de la seua política del "Sálvese quien pueda".
Un dia trist.



(Traducción en castellano)
Un día triste. Crónica de una RTVV con enfermedad crónica

Un día triste para el pueblo valenciano, que ve impotente cómo se cierra una de sus señas de identidad, la radiotelevisión pública. Hacía tiempo que comenzó su caída porque sus dirigentes censuraban todo lo que no les convenía que se conociera. Y les venía bien su control de la información, porque así mantenían los votos y el apoyo de muchos valencianos que confiaban en sus gobernantes y se tragaban que Valencia estaba a la vanguardia mundial, que estábamos en el mapa por una carrera de coches o unos barcos muy caros. Muchos que leíamos entre las líneas de tanta "Tómbola" y noticias mal contadas o escondidas, después de no encontrar representación de la diversidad de nuestra tierra dejamos de hacer caso a RTVV.

Un día triste para los que queremos mantener una RTVV pública para que algún día pueda ser la voz del pueblo, una voz con sentido común y sin censura ni intereses parciales. Pienso que esta decisión de cerrarla ahora ha sido porque el gobierno del PP ve cerca su fin, su derrota y toma decisiones pueriles, porque ni la censura les salvará esta vez de perder las próximas elecciones, comienza a recoger trastos haciendo gala de su política del "Sálvese quien pueda".
Un día triste.

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