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lunes, 6 de mayo de 2013

Las costumbres, compañeras de la rutina

Acabo de despertarme de la siesta. Después de comer es lo que más me apetece. Como dice el refrán: "La comida reposada y la cena paseada". Eso es una buena costumbre. Una buena costumbre es un hábito en nuestro día a día que hacemos sin esfuerzo, por costumbre, casi porque sí. Como la costumbre de asearse, la costumbre de desayunar leche con galletas y la costumbre de llegar tarde al trabajo. Uy!! Esto último no parece ser una buena costumbre. Como tampoco parecen ser buenas las de rascarse, comer sin hambre o no dormir lo suficiente.

Todos podríamos decir cuál es su buena costumbre, algo de lo que podemos estar orgullosos que hacemos siempre y que es bueno para nuestra vida. ¿Cuál es tu buena costumbre?

Pero, así como podemos sentirnos orgullosos de nuestras buenas costumbres, no podemos decir lo mismo de las malas, las que hacemos por costumbre pero que esperamos que no nos pase factura (esa manía de parlotear cuando te pones nervioso, esa pereza a la hora de fregar los platos).

Tal vez cuando llega fin de año nuestros propósitos incluyan algo de esto: hacer más ejercicio, practicar un instrumento, dejar de fumar... Pero esos días de felicidad y buenas esperanzas pasan y nos metemos en la rutina, en los "empiezo mañana", "lo haré luego". Y nos avergonzamos o lo trivializamos y bromeamos. Entrar en la rutina significa entrar en las costumbres, las buenas y las malas.

¿Cómo cambiar una mala costumbre?, ¿la rutina es mala?
La rutina es necesaria y buena para nuestras buenas costumbres, aunque nos dificulta la tarea de dejar de hacer algo de lo que no nos sentimos orgullosos. De todas formas, nada es imposible! Y te voy a dar una técnica para hacernos con el control de las malas costumbres.

El primer paso es elegir una. Vamos a fijarnos en cómo es, cuándo la hacemos, por qué es mala, en qué nos ayuda y qué consecuencias o resultados nos da.
No es tan importante saber cuándo surgió ni por qué, aunque si quieres hacer un análisis a fondo, adelante.

Una vez hemos analizado bien a qué nos enfrentamos, estaremos en condiciones de cambiarla o de quedarnos con ella. Porque quizá, de tanto atenderla le hemos cogido cariño! Si decidimos cambiarla, sabremos tanto de ella que conocemos sus puntos débiles y nuestra actitud hacia ella será desde el conocimiento y no desde la rutina. Ya no la haremos sin darnos cuenta, sino sabiendo, y esto es lo más importante. Luego, ya tenemos un objetivo, ahora solo queda trazar los pasos a seguir para lograrlo. (Clica aquí para ir al artículo)

¿Y qué hacemos con los buenos hábitos? Como las personas vamos cambiando, los buenos hábitos pueden también cambiar. Podemos dejar de hacer algo que nos beneficiaba por distintas razones, sin apenas darnos cuenta. Por lo tanto, es muy bueno atender a lo que hacemos bien, para sentirnos orgullosos de nosotros mismos, mantener la autoestima y promoverlos en nuestro alrededor dando ejemplo.


Gracias por leer. Comenta cuales son tus buenos hábitos y qué haces con los malos.
Un abrazo!

Enlaces relacionados:
http://www.who.int/es/
http://alejandra-preza.wikispaces.com/2-%C2%BF+Que+son+las+buenas+costumbres+%3F
http://edgararroyoblog.wordpress.com/2013/04/22/sigue-estos-5-consejos-y-mantente-saludable-por-edgar-arroyo/

http://losbuenoshabitos.blogspot.com.es/

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