Llevo una temporadilla algo pocha achacándole la culpa al verano. Al principio era divertido. Disfrutaba de ver la tele, estudiar inglés, hacer un nuevo record con el juego del snake del carcamóvil de mi madre, en fin, cosas que se puedan hacer tirada en cualquier sitio frente al ventilador. Pero, ay pero! Que ha pasado ya julio! Y he pagado otro mes de alquiler del despacho! Y casi lo he pagado entero porque el beneficio ha sido ínfimo! Y yo me repito, y la gente me repite: "Tranquila, no te agobies que eso es normal al principio, que solo llevas 3 meses con el negocio." Pero mira, una que ni es rica, ni tiene paciencia.
En julio preparé 3 charlas para darlas a partir de septiembre, así que tampoco es que haya perdido el tiempo totalmente (y mi inglés está mejorando). Pero en una de estas noches de bochorno que me duermo por puro aburrimiento y me despierto porque la cachorra ya nos echa de menos a las 6 de la mañana, mi cerebro activa esa expresión maldita que tanto aborrezco: "Y si...". Total, que me dio por pensar: "¿Y si a estas charlas no viene ni el tato? Que esto ya te ha pasao y puede volver a pasar. ¿Qué va a ser ahora distinto para atraer clientes? Y no encuentro respuesta. Voy a promocionarlas anunciándolas en redes sociales, con carteles esparcidos, pero eso es lo que he hecho otras veces. En fin, supongo que a la primera vendrá mi madre y dos personas más y espero que a la segunda vengan 4, a la tercera 5 y así hasta que la cosa despegue.
Otro de estos "Y si..." que tanto le gusta a mi coco es: "¿Y si se me acaban los ahorros y tengo que cerrar?". Leches! Que el cálculo estaba hecho para aguantar 1 año con 0 ingresos y algo sí que va entrando. No exageremos. Pero cuando bajo la guardia, mi coco me recuerda ese miedo.
Mi coco, que pa estas cosas sí que es creativo (tócatelo), me dice en un arrebato de desesperación: "¿Y si no se me dan bien esto de las charlas?" Y yo no sé si echarme a reír o a llorar. Qué pesao. Menos mal que mi madre me ha comprado nueces para aguantar esto.
Además de las nueces, tengo a mi blog y a mis lectoras, que siempre me habéis dado ánimos. Así que os cuento mi idea para rebatir al coco y así la refuerzo. El objetivo con estas charlas es que la gente vea que el servicio de psicología está ahí, a su alcance, y que no muerdo, que los problemas son más fáciles de solucionar si lo intentamos juntos y que estoy justo para eso, que no les sepa mal. A ver si así alguien se anima y me contrata!
Ahora que las charlas ya están casi preparadas del todo, se me ha ocurrido hacer un taller sobre el estrés. ¿Habéis ido a alguno? Ya he escrito cosillas y tengo más o menos los primeros temas: Asertividad, relajación, organización del tiempo, vaya, de lo que suelo dar la paliza por aquí algunas veces. Me parece que con los tiempos que corren alguien vendrá, digo yo. Me encantaría ofrecerlos en las escuelas de adultos y en las industrias. Y sería genial contar con el apoyo de los servicios sociales de los ayuntamientos de por aquí. Así que aquí me quedo, redactando este proyecto para ver si lo puedo llevar adelante.
Os dejo el enlace a mi página web, por si conocéis a alguien que viva a menos de 50 km de Carcaixent y quiere solucionar algún problema personal:
www.familiaempresa.es que nunca se sabe cuándo sonará la flauta!
Gracias por estar ahí, al otro lado.