Ayer fui a repartir propaganda y pegar carteles del partido político que he elegido para que me represente, Compromís. Y coincidimos con otras personas que hacían lo propio con sus elecciones. Hasta ahí todo correcto y respetable. Ahora voy al límite de la respetabilidad, voy a burlarme de los votantes de derechas, en especial de los del PP, o su sucedáneo, Ciudadanos.
Después de analizar a algunos ejemplares, me atrevo a teorizar sobre algunos rasgos característicos que he encontrado. Van a la suya. Me explico:
Sus argumentos para votarles son:
- "Fulanito ha hecho mucho por mi familia", que esto quiere decir que les ha enchufado en alguna empresa afín.
- "Para que me roben, primero robo yo, total, todos los políticos son iguales". El ladrón se cree que todos son de su condición.
- "Estoy en política para forrarme". Esto ha pasado, ha salido en los periódicos.
- Y ya mi favorita es: "A mí no me gusta la política, yo no voy a votar porque no sirve para nada (y luego me entero que han ido a votar al PP, a cambio de favores".
Al final, he llegado a la conclusión que quien tiene estos argumentos, tiene un problema. Ese es la ignorancia:
- No sabe qué significa vivir en democracia, pues no se preocupa por quienes nos representan.
- No valora los derechos humanos, porque la derecha no demuestra luchar para hacerlos cumplir. La prueba está en la ley mordaza y en su complicidad en la especulación de la vivienda.
- No piensa en su futuro, porque algún día será anciano y se encontrará con recortes en recursos para las personas dependientes.
- No es solidario, pues entiende la solidaridad como si fuera dar limosna.
- Por eso no apoya proyectos para dar otra oportunidad a los que no tienen hogar. La prueba está en Madrid, que su ayuntamiento quiere castigar a los que duerman en la calle porque hacen mal a la vista.
- O cuando denuncian a los que hurgan en la basura.
- Deniegan ayudas a personas que no pueden pagar sus impuestos.
- Abandonan los centros de menores donde viven niños y niñas que necesitan ayuda para salir adelante. Como ejemplo conozco el centro de menores de la Avenida de la Plata, que incluso los vecinos piden que los trasladen porque los menores se escapan por las noches y hacen gamberradas.
- Mantienen los centros de internamiento para extranjeros en condiciones infrahumanas.
- Son muchos años de vergüenza.
- Vergüenza por las payasadas de Rita Barberà, alcaldesa de Valencia.
- Vergüenza por la burocracia de los PROP y la poca información para tramitar cualquier papeleo.
- Vergüenza por las inauguraciones de monumentos y edificios sin contenido, con sobrecostes desmesurados (Ciutat de las Artes y las Ciencias).
- Que no cuiden el transporte público, ocurran desgracias como la que nos pasó el 7 de julio de 2006 en Valencia, y todavía no se hayan depurado responsabilidades políticas.
- Que hagan negocio con el billete de cercanías, que el billete de ida y vuelta ha pasado de la noche a la mañana de costar unos 5 € a costar más de 7. Y que todavía no hayan puesto en mi pueblo un ascensor.
- Que en mi pueblo gasten más de 1 millón de € de las arcas públicas para contentar a una empresa privada, que luego la empresa privada en cuestión nos deje tirados y aquí no pase nada, es más que vergonzoso, es para emigrar.
Os dejo con el vídeo de Mónica Oltra, la persona que me gustaría que fuera la presidenta de mi comunidad.
Me gustaría que me comentarais qué opináis de los partidos de derechas y qué opináis de mi reflexión. ¿Creéis que algún día podremos tener una democracia real en España?
Gracias por leer mi opinión.